Pasamos el año nuevo en Canberra, la capital desconocida del país australiano.
No fui por la fiesta --- que casi no existe --- sino por
una exposición en la biblioteca nacional.
Trata de
los diaros ilustrados del artista Donald Friend, cuyos obras me caen bien desde hace mucho tiempo.
Dibujaba
como un ángel, pintaba con los colores bonitos, vivía como un chico
muy travieso.