Encima de Santiago de Compostela
Nos cae bien el eucalipto ya que para los australianos es un arból indígena. Nos trae dulces recuerdos de besos, de comida, de bebidos, de toda la vida compartida en la feliz sombra del eucalipto.
Este árbol actua como un personaje en la literatura australiana. Inspira poesía y novelas como Eucalipto por Murray Bail.
Fue otro escritor, David Foster, quien destacó el don del eucalipto: tiene un genio incendiario sin igual. Su novela, The Glade within the Grove, ofrece muchas distintas placeres incluso una lección fascinante sobre el eucalipto, que estalla durante el incendio para esparcir sus semillas por el caliente viento.
Por eso, no me sorpendió leer que había manifestaciones en Galicia donde la gente estaba llevando carteles con el lema de Eucaliptos=Gasolina. Lo que sí me sorprendió era el de Incendiario=terrorista.
Me parece que esta polémica tiene un aspecto partidario. Sí, en Australia hay polémicas y políticas después de los grandes incendios. Pero los que se enfrentan no suelen ser los partidos políticos sino los grupos sociales y económicos.
Hay los que insisten en más fuegos precautorios cuando el tiempo no haga calor. En este grupo se encuentran mucha gente que vive cerca del campo forestal y la antigua generación de expertos en incendios. Argumenta que más fuegos controlabes pueden prevenir los grandes incendios que destruyen casi todo.
El otro grupo, que tiene más poder hoy en día y que incluye los ecologistas y mucha gente que vive en las grandes ciudades, sostiene que los fuegos precautorios son innecesarios y dañinos para la naturalez.
¿Quién tiene la razón?